La sembradora se define como una máquina que permite la siembra regular, bien sobre toda la superficie o bien en líneas equidistantes y a una profundidad uniforme, de todos los granos utilizados en cultivos.
Después de la siembra las semillas deben sobrevivir de sus propias reservas hasta que, tras la germinación, los cotiledones emergen al exterior y la radícula se clava en la tierra y como plántula puede realizar la fotosíntesis. No todos los granos que son sembrados logran sobrevivir, por lo que la cantidad de semilla usada debe ser superior al número de plantas deseadas.
Los factores que afectan a la selección de la cantidad de semilla son la especie e incluso la variedad a sembrar, el potencial germinativo de la semilla (medido en laboratorio), el suelo y su fertilidad, la forma de cultivo y el método de recolección. También se debe considerar la posible formación de costras, así como su resistencia, precisando factores tales como enfermedades, plagas y condiciones ambientales adversas